Diana de Poitiers nació en 1499 pertenecía a la familia de
Saint Vallier. Su madre Juana de Bartanay mujer de Jehan de Poitiers murió cuando ella
era muy joven y la mandaron a vivir con el rey Francisco I.
Con esta familia aprendió
idiomas, música, las costumbres, caza, el arte de la conversación y el baile. Desde muy pequeña destaco en el aprendizaje de los idiomas y en el uso de los instrumentos.
A los 15 años fue
dada para que se casara con Louis Breze, gran senescal de Normandía él cual le sacaba muchos años. Esa unión le hizo colocarse en una buena posición social. Con él tuvo dos hijos
nacidos en 1517 y en 1520.
Así comenzó a ganarse las simpatías de la corte de Francisco
I. Fue ingeniosa e inteligente y tenía un buen sentido del misterio, muchos lo consideraban de gran atractivo. Su belleza
destacaba por su fino porte, alta y delgada, con su cabello dorado, su piel de
alabastro y sus hermosos ojos verdes.
Como muchas mujeres del renacimiento, ella solía llevar una máscara
de terciopelo para proteger su piel del sol, así como de los posibles arañazos
que le podrían producirse.
Con la muerte de la reina Claude, Diana fue la encargada de
la educación de los niños de la corte. Esto fue un paso importantísimo para ser conocida socialmente.
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