Lucrecia Tornabuoni fue una de las grandes mujeres de la
Italia del Renacimiento. Se convirtió en un Médici por patrimonio, fue la madre
de uno de sus más importantes miembros, Lorenzo y fue una de las principales
representantes de la cultura renacentista. Modelo de grandes pintores, Lucrecia
fue también escritora y promovió alguna de las obras artísticas más importantes
de la Florencia del Quatroccento. En la imagen que encontráis a la derecha,
podéis ver un retrato de Lucrecia, atribuido a Domenico Ghuirlandaio.
De Lucrecia se conservan unas 49 cartas que suponen una
importante fuente de conocimiento acerca de la vida cotidiana de las mujeres en
la Italia del Renacimiento.
Lucrecia Tornabuoni ayudó en la protección de algunos
grandes artistas del momento y fue una de sus modelos. El más destacado es sin duda
el cuadro de la Madonna del Magnificat,
en el que Sandro Botticelli puso a la virgen María el rostro de Lucrecia. A
continuación, podéis observar la obra de Botticelli:
Lucrecia Tornabuoni fue una aunténtica dama de su tiempo.
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